Posts Tagged ‘ La Vanguardia ’

~ LOS LUGARES DEL VINO

Trabajos de vendimia en tierras de Consell (Mallorca). Fotos: bodega Ribas

El vino está de moda. Y lo está desde hace al menos 2.700 años, como demuestra el buen consejo del griego Alceo de Mitilene: «No plantes ningún árbol antes que la vid». O los versos imperativos de otro de los titanes de la lírica griega más remota, Arquíloco de Paros: «Destapa las jarras panzudas y escancia el vino rojo hasta el fondo de heces / pues no podremos soportar sobrios esta guardia». Pocas cosas han resistido en el candelero tantísimo tiempo y con un consenso tan amplio. La poesía, buena amiga del vino, es otra de ellas. Habrá que ver lo que nos dura la fiebre vírica de Instagram, Facebook y otras redes antisociales, pero no creo que alcancen ni los cien años escasos que llevamos libando en los poemas licorosos y florales de Luis Cernuda. Una botella de vino, un libro y tiempo por delante, sin interferencias: ¿acaso puede pedirse algo más? Un paisaje que acompañe, tal vez, y una compañía que no atosigue: «Tu em fas més sol i aixó està molt bé», canta Pere Pla en El pes del cel. Tampoco habrá tantos placeres que, como el vino, estén tan íntimamente ligados a un paisaje concreto… Y aquí es adonde quería llegar: a los lugares del vino. A sus lugares y a sus gentes. Porque Mallorca acogerá la próxima primavera un foro profesional dedicado a comunicación y enoturismo, Comuvicate, con participación de periodistas especializados, bodegueros y sumilleres. Contra lo que pueda suponerse, el enoturismo es un modelo de negocio que apenas está empezando a despuntar en las islas, pero todo es cuestión de tiempo. Viñedos y bodegas son hoy destinos gastronómicos a la altura de los mejores restaurantes y la razón es de peso: donde mejor puede entenderse y disfrutarse un vino es en su lugar de origen, sobre todo cuando te lo cuentan a pie de viña sus creadores. Cada buen vino es, en cierto modo, la destilación de un paisaje vivo.

Uva cosechada en los viñedos de Ribas.

Organizado por la agencia de comunicación gastronómica Como Pomona, el simposio se desarrollará en la Escola d’Hoteleria de les Illes Balears (EHIB) los días 27 y 28 de abril. Para la primera jornada se ha programado una mesa redonda sobre el papel del sumiller en la experiencia eno/oleoturística, tema que abordarán Joan Arboix (restaurante Andreu Genestra), Tiffany Blackmann (Aubocassa y Roda) y Gil Panadés (Mallorca Wine Tours). El periodista y gastrónomo Rafa Gimena, promotor de Comuvicate, ejercerá de moderador. Seguirá a esta actividad una prometedora cata de vinos «con relato» guiada por Ramon Francàs, redactor de La Vanguardia especializado en información vitivinícola. La segunda jornada se abrirá con un debate sobre la prescripción del enoturismo en el que intervendrán los periodistas Margalida Ripoll, directora del diario vinícola VadeVi; Ruth Troyano, especialista en turismo enológico, y David Jobé, cofundador de la agencia y guía digital Enoturista junto a Judith Cortina. Esta última se encargará de guiar la siguiente discusión, sobre enoturismo y redes, en la que participarán representantes de varias bodegas mallorquinas. Sin salir del terreno de la comunicación digital, Marianela Sandovares nos adiestrará sobre cómo «sacar jugo a Instagram» en un interesante y ameno taller dirigido a bodegas y community managers. Y como remate de esta primera edición de Comuvicate, tendrá lugar en la EHIB la comida titulada «El maridaje de los doce vinos», con comentarios a cargo de los bodegueros participantes, que acoplarán sus vinos a un menú elaborado por los alumnos de la escuela. Será el colofón a un foro que pondrá en primer plano la importancia de paisaje y paisanaje en la creación y promoción del vino. Como bien nos cuenta el mejor enoturismo, visitar una bodega es profundizar en una comarca y salir al encuentro de lugareños comprometidos con su territorio. No está de más recordar, con cada trago, que todo vino tiene su lugar en el mundo.

 

~ GASTROMANÍA (4): ‘Taula i barra’, de Quim Monzó

Quim Monzó, de chef en portada.

Quim Monzó, con gorro de chef en portada.

¡Qué bien le sientan a la gastronomía actitudes sinceras e iconoclastas como la de Quim Monzó! El escritor catalán se mofa a gusto de esto y aquello en Taula i barra, selección de artículos periodísticos sobre comer y beber publicados en La Vanguardia (2000-2017). Entre los objetivos de su sarcasmo, figuran la adhesión cegatona a los dictados de la Michelin y a la multiculturalidad gastronómica (¿espaguetis con guacamole?), así como el insufrible uso y abuso del término maridaje y de esas vajillas absurdas y estrambóticas (yo también añoro el plato redondo) que hacen que te levantes de la mesa con tendinitis aguda. Su carácter asocial le lleva a elogiar la comida en solitario («menjar sol mola») y a abominar de la cháchara tediosa de las interminables sobremesas. También se ríe de los desmanes a los que ha llegado la moda del gin-tonic tuneado (por suerte, en declive) y cuenta el caso real de un bocadillo a base de botifarra, mermelada de frambuesa y salsa del susodicho cóctel. Una ocurrencia casi peor que las croquetas de gin-tonic. Ingenioso cascarrabias, Quim Monzó despotrica contra el exceso de decibelios en muchos establecimientos y contra la «innecesaria» música ambiente, contra la presencia de críos malcriados en restaurantes y contra la decadencia de las patatas bravas de Barcelona, cada vez más «amaneradas» (menos picantes). Y otra queja dirigida a los bares barcelonins: su monotonía a la hora de preparar tripa o callos, casi siempre a la madrileña, sumisos a «la dictadura asfixiante del pimentón y el chorizo». Por cierto, Monzó es uno de los 650 firmantes del manifiesto de escritores a favor del referéndum del 1-O, junto a Sergi Belbel, Feliu Formosa, Enric Casasses o la mallorquina Maria Antònia Oliver. ¡Lee y lucha!