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~ FURTIVOS Y CLANDESTINOS

Marinada de liebre mallorquina, del Clandestí.

Marinada de liebre, del Clandestí.

Siempre he sentido mucha empatía por todo lo furtivo o clandestino, lo que se pone al margen de la Ley -las más de las veces injusta- para burlar a los poderosos. Tratándose de comer, no hay leyes, ni propiedades ni jueces que valgan: todo es sobrevivir echando mano de aquello que te den el bosque o el lago. Con cepo, sedal o lazo, te apropias del entorno o te mueres de hambre. La semana pasada compartí barra y buenos alimentos (los del Clandestí) con los hermanos Amaia y Edorta Lamo, que este otoño estrenarán un proyecto inspirado en el furtivismo. Los artífices de A Fuego Negro, garito de pintxos que hace doce años rompió moldes en la Parte Vieja donostiarra, vuelven a sus orígenes y lares familiares, al municipio alavés de Kanpezu, encrucijada de ríos, montes y senderos. Allí fundaron sus abuelos el bar La Cepa, todavía regentado por la familia. Para los nietos, este regreso implica reconocimiento y gratitud hacia una tierra tan mágica como olvidada. La puesta en marcha de Arrea!, prevista para noviembre, supondrá un revulsivo benefactor de cara a esta despoblada kuadrilla (comarca) de la Montaña Alavesa. En un territorio indomable y escarpado, bajo la protección de sus antepasados, Edorta Lamo guisará con trucha, cordero, caracoles, trufa, jabalí, perdices, palomas, bacalao (el ajoarriero nació en esta zona), cangrejos y pececillos de río (txipa)… Y también con castañas, bellotas y endrinas, por citar una pequeña muestra de la despensa local. Cocina profundamente arraigada, de subsistencia, y entregada sin remilgos a los sabores agrestes y radicales. ¡Muchos estamos deseando que empiecen a humear ya esas marmitas de tierra adentro!

Suquet de salmonete con café de higos.

Salmonete con café de higos.

Así es también, telúrica y suculenta, la cocina de Pau Navarro y Ariadna Salvador en el Clandestí, barra palmesana que pronto ampliará su oferta con una zona de cheese bar, más taskera e informal si cabe. Pudimos compartir con los amigos alaveses varios bocados y platos memorables, como las huevas de polido (pez-plata), la cecina ahumada de lengua de ternera, las carnosas ancas de rana salteadas en mantequilla tostada (con toques de whisky y mostaza), la sutil llampuga entibiada con jugo de pimientos rojos asados, el salmonete con suquet de sus higadillos y café de higos (de la finca Son Mut Nou), el lomo de liebre… Un repertorio y un estilo muy afín a lo que ahora está acabando de tramar Edorta Lamo para su retiro en las profundidades de Araba. Cocina que venera el producto -que lo exhibe y no lo tritura- y que se regodea en los sabores contundentes, inspirada muchas veces en el paladar popular de los guisos caseros y las tapas de taberna. E íntimamente conectada con los bocados furtivos que nacen del mero instinto de supervivencia.

~ SABORES ‘IN BLACK’

La empanada negra de Miquel Gelabert.

‘Panada negra’, de Miquel Gelabert.

Trepidantes, estas últimas semanas, en cuanto a agenda gastronómica. Hacía varios años que no se vivía en Mallorca un otoño como este, con tantas novedades y convocatorias interesantes. Aunque el ambiente callejero se siga viendo triste y no asomen más brotes verdes que los dichosos germinados, parece que ya empieza a haber ganas de animar el cotarro, que así se llamó en su día a los albergues nocturnos para pobres y vagabundos. Lo justo sería que todo perro pichichi tuviera techo, pero va a ser difícil mientras los gobernantes sigan legislando a favor de los bancos. De todas formas, se perciben aires de cambio inminente y ya hay prisa para que a algunos se les acabe el chollito. Sería tedioso -tanto para el lector como para mí- contar el maratón culinario de estos días, así que haré una selección de cuatro curiosidades oídas aquí y allá. Agustín Santolaya presentó en Manacor la nueva cosecha de Aubocassa y explicó que los japoneses adoran este exquisito aceite de arbequina y lo utilizan tanto como ingrediente culinario como… ¡para dar masajes! Aquí un servidor prefiere ingerirlo a tragos, antes que vía cutánea o por ósmosis. Un placer, escuchar las detalladas y amenas explicaciones del director de bodegas Roda, quien contó que el proyecto inicial para esta finca mallorquina era hacer vino blanco pero, como de costumbre, «los estudios de mercado se cargan las ideas». El cocinero Miquel Gelabert, del celler Can March, puso la parte sólida: entre sus propuestas, crema de almendras y azafrán, canelón de calabacín relleno de porc negre y chocante empanada negra (de sepia) con jugo de guisantes. Black power!

'Black rabas', de Edorta Lamo.

‘Black rabas’, de Edorta Lamo.

Y otra reflexión que me llamó la atención fue la de Edorta Lamo, que ofreció una demostración en la arrocería palmesana Nimo’s. El chef de A Fuego Negro, célebre gastrobar donostiarra, se preguntó por qué tendría que cocinar como su padre, cuando ni viste igual ni escucha la misma música. Devoto de las tascas, la cocina de Lamo es un homenaje a los baretos de toda la vida. A modo de ejemplo, sus black rabas o filipinos de chipirones en su tinta. Estofa los txipis a la manera tradicional, tritura el guiso, lo congela en moldes de savarín y, al pase, fríe las anillas en tempura. Otra tapa muy lograda fue el capuchino de jamón y almendra con aire de soja y galleta de mollejas rebozadas en corn flakes. Junto al Aloña Berri, del barrio de Gros, A Fuego Negro fue uno de los pioneros en la renovación del pincho. Abrió el 6/6/06 -fecha diabólica- y lo incorporé a la guía Gourmetour en la edición de 2007. Me alegro de que siga ahí, dando guerrilla de la buena en compañía de garitos como Borda Berri o Zeruko. Ajo, tinta, ritmo o fuego, ¡nos une el negro!

~ MIS PREMIOS ‘GASTRONOMIKA’

Siluetas del monte Igeldo y la isla de Santa Clara.

Siluetas del monte Igeldo y la isla de Santa Clara.

No resulta fácil escribir una nueva crónica sobre mi paso por San Sebastian Gastronomika, tantas son las sensaciones y emociones que se agolpan en poco tiempo. No es sólo el congreso, sino también la ciudad y todos los seres queridos, algunos ya habitantes del mero recuerdo o embarcados en esa larga travesía sin vuelta ni destino. Suelo hacerlo, por ello, en forma de fragmentos antológicos y siempre al cabo de unos días para dar tiempo a que se vaya destilando lo mejor del viaje (mi forma de trabajar es el antitwit). Lo que ha quedado es esto y lo cuento este año en forma de premios:

MEJOR MOMENTO: el homenaje que Hilario Arbelaitz rindió a Mikel Laboa como colofón de su ponencia. El chef del restaurante Zuberoa dijo que los amigos son lo mejor que le ha dado «el increíble y tenso oficio de la cocina» y pinchó Txoria txori, una de las canciones más populares del cantautor fallecido hace cinco años. Cocinero y músico, cada uno en su campo, han buceado en la tradición vasca y han trabajado sobre ella para mejorarla -que se puede- y trascenderla.

MEJOR PLATO: sigo con Arbelaitz, autor del txitxarro (jurel) ahumado con crema de limón y gelatina de pomelo, espléndido aperitivo del menú-degustación que preparó para el congreso. Como de costumbre, equilibrio entre delicadeza y sabor en la cocina de un maestro admirado por todos.

MEJOR RECETA: el sorprendente helado de masa madre (de pan) con lichis y cacao, presentado por Joan Roca, como siempre uno de los mejores ponentes.

MEJOR PONENCIA: por su interés gastronómico, el gaditano Ángel León se lleva este premio. El ‘chef del mar’ contó su último descubrimiento para la cocina: el azúcar de origen marino, contenido en un alga dulce. El hallazgo le permitirá culminar su menú-degustación de Aponiente sin necesidad de salir del mar a la hora de los postres.

MEJOR PINTXO: sin duda, la oreja de cerdo del Borda -Berri, cuya barra está completamente vacía, lo que es buena señal, y en cuya fachada se lee la inscripción Akí se guisa. Así es: en este pequeño bar de la Parte Vieja todo sale caliente de cocina, preparado o rematado al momento, al estilo de La Cuchara de San Telmo. Otros dos buenos bocados son los callos de bacalao al pil-pil y el especiado kebab de costilla de cerdo.

MEJOR BAR: por ambiente, por servicio y por constancia, A Fuego Negro se merece figurar en este podio. Edorta Lamo sigue con su afán por agitar el infinito mundo del pincho con sus kositas, vasos, aperitifs, pikoteos… Probé el pez ballesta con ali-oli negro, el zebitxe con granada, el conejo conajo (versión del conejo al ajillo), el bacalao enkarbonao con pepitas de pimiento… Tintado todo con el Mysti 2011, de Montsant, un descubrimiento. Fuera de serie, la cordialidad y energía de Óscar detrás de la barra.

MEJOR CUADRILLA: como ya viene siendo costumbre, se vio poca gente de Mallorca en el congreso. Alterné con los cocineros Juan López (hotel Son Vida), Macarena de Castro (Jardín), Victor García (hotel Cap Rocat) y Víctor Prieto (chefacasa), así como con el proveedor de alimentación Llorenç Cerdà, hombre muy querido en el sector y que no se pierde una. Ni rastro de periodistas.

MEJOR LINGOTAZO: el gin-kas con MG que me tomé en el Resaca, acompañado de un buen chorizo por cortesía de la casa. Hace justo un año estuve en este bar, para mí el más acogedor de Donosti, conversando con Juan Mari Arzak.

MEJOR PRODUCTO: la castaña pilonga que me encontré en un sendero cerca de la playa de Ondarreta. Mi madre dice que da suerte, pero la tradición apunta que sólo si te la regalan. Por si las moscas, la llevo en el bolsillo. Ya veremos qué hago con ella.