~ COSAS DE IBIZA (I)
Vuelvo de Ibiza, donde me he tirado un largo fin de semana tratando de comer bien, misión complicada. En Ibiza tienes de todo. Y todo, a un paso de todo. Si quieres fiesta delirante y psicotrópica, la tendrás a cinco minutos de donde estés; si quieres paz máxima, también la encontrarás de un voleo. La isla blanca que sedujo a Walter Benjamin y Emil Cioran puede zarandearte de aquí para allá y llevarte de la pesadilla fashion al éxtasis contemplativo en cuestión de segundos. Los bandazos son tremendos. En Ibiza puedes alquilar una cama balinesa con segurata en el chiringuitazo de moda, Blue Marlin (Cala Jondal), siempre que te sobren 10.000 euros, pero también puedes tomarte una ración de huevos fritos por 3,50 en Comidas San Juan, antigua fonda de la capital, o tomarte una copita de hierbas dulces en la paz de Can Xicu, cantina y estanco abierto hace casi un siglo junto a la iglesia fortificada de Sant Miquel de Balansat. Además, puedes cenar mientras te susurran canciones al oído en el Lío, restaurante-cabaret del Grupo Pachá, o casarte (no lo hagas) en la orilla de Cala Vadella con Moisés Machado, campeón de cocina de Baleares y wedding planner, en el papel de chef nupcial. Por no hablar de las suites temáticas para millonetis del hotel musical Ushuaïa, una especie de after camuflado que pertenece al emporio Matutes. Habitaciones insonorizadas con potentes equipos de sonido para exprimir la fiesta en petit comité. En agosto, la suite para tres adultos va a 2.250 euros. No se admiten niños y el secador de pelo es lo de menos. Lo mejor del viaje ha sido, como de costumbre, la potente belleza del islote de Es Vedrà un mediodía lluvioso y con olas.
Impresionante la foto, estremecedora belleza..
Magnético. Va asomando la cima por momentos mientras bajas serpenteando a la cala…